Con una sola voz, el presidente de EEUU, George Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, condenaron ayer los atentados de Estambul y prometieron no retroceder "ni una pulgada", en la lucha contra el terrorismo, "allí donde quiera que esté".

Los sangrientos ataques contra objetivos británicos en la capital turca empañaron definitivamente la polémica visita del presidente estadounidense al Reino Unido, que fue contestada en las calles de Londres por decenas de miles de manifestantes. Los atentados dominaron la reunión entre los dos dirigentes y la posterior conferencia de prensa.

"Una vez más se ha puesto de manifiesto la naturaleza de los terroristas. Hemos visto su desprecio por las vidas inocentes. Odian la libertad y las naciones libres", dijo Bush.