California ha dado otro paso que coloca al estado en la vanguardia política de EEUU. La Cámara baja, de mayoría demócrata, aprobó el lunes la primera fase de un plan que acerca el estado a la cobertura médica prácticamente universal. Esa propuesta es una de las iniciativas políticas con las que el gobernador republicano, Arnold Schwarzenegger, ha roto con la línea de partido y, aunque ha sido precedida por iniciativas similares en Massachusetts, Maine y Vermont, es particularmente relevante por el tamaño y el peso de California en el país.

El acceso de casi todos los californianos a la sanidad aún está lejos, pues quedan retos burocráticos y políticos para esta propuesta en la que han trabajado durante el último año Schwarzenegger y los demócratas. Sin embargo, la votación del lunes se considera un paso extremadamente significativo: California es el estado más poblado de un país sin un sistema público universal de sanidad donde la cifra de ciudadanos sin seguro médico supera los 50 millones de personas.

El plan, presupuestado en 10.000 millones de euros y con muchas propuestas similares a las que delinean en su programa preelectoral Hillary Clinton, John Edwards y Barack Obama, requiere que prácticamente todo el mundo en California tenga un seguro a partir del 2010. Entre los afectados por la medida están 3,6 millones de los 5,1 millones de californianos, incluyendo 800.000 niños, que hoy no pueden permitirse ir al médico.

Según la medida, habrá subsidios y créditos fiscales para aquellos ciudadanos que tengan dificultades para pagar las pólizas y el estado obligará a las aseguradoras a ofrecer cobertura a consumidores sin importar su edad o su estado de salud.

DOBLE RETO El reto que le queda ahora a la medida es doble. Por una parte, debe ser aprobada por el Senado y aunque también está controlado por los demócratas, estos tienen dudas sobre si dar luz verde a la propuesta sanitaria por el impacto que esta puede tener en los presupuestos estatales, que ya se enfrentan a un déficit de 9.700 millones. Si la ley pasa ese trámite quedará pendiente reunir 700.000 votos para incluirla en un referendo. Y la aprobación de los californianos no es segura, pues supondría una subida de impuestos.

Schwarzenegger ha roto con la línea de la Casa Blanca y del Partido Republicano ya en anteriores ocasiones, habitualmente con medidas vanguardistas en el país, como la imposición de restricciones a la emisión de gases contaminantes.