Nuevos cortes de electricidad, eliminación de subsidios, merma de alimentos en la cartilla de racionamiento y menos gasto en salud y educación. Estas son las nuevas restricciones a las que deberán acostumbrarse los cubanos, según les anunció el sábado ante el Parlamento su presidente, Raúl Castro, quien cerró de nuevo la puerta a las reformas democráticas y dejó claro que la solución a la crisis económica no pasa por "restaurar el capitalismo" ni "entregar la revolución". Castro rebajó la expectativa de crecimiento cubano al 1,7% para el 2009, lo que, según él, obliga a tomar medidas "difíciles y nada gratas".

ESFERA SOCIAL "Los gastos en la esfera social deben estar en consonancia con las posibilidades reales y ello impone suprimir aquellos de los que es posible prescindir. Puede tratarse de actividades beneficiosas y hasta loables, pero simplemente no están al alcance de la economía", subrayó.

El dirigente admitió que el hundimiento en los mercados mundiales del precio del níquel, principal exportación cubana, y la disminución de los ingresos derivados del turismo han mermado las divisas del Estado, lo que ha obligado a "renegociar" las deudas con los acreedores extranjeros, ante los que ratificó que cumplirá con los acuerdos. Tres años después de haber sucedido a su hermano Fidel al frente del país, Raúl Castro dejó claro que ni en la nueva coyuntura internacional y económica ha llegado el momento de abrir el régimen. "A mí no me eligieron para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo", afirmó, reconociendo no obstante que las "imperfecciones" del sistema hacen que "muchas veces dos más dos arroje como resultado tres".

DISPOSICION AL DIALOGO El dirigente reiteró su disposición a abrir "un diálogo entre iguales" con Washington, y a hablar "de todo", excepto del sistema político cubano. "Estamos listos para hablar de todo, repito, de todo, pero aquí de Cuba y allá de Estados Unidos. No a negociar nuestro sistema político y social. No le pedimos a Estados Unidos que lo haga, debemos respetar nuestras diferencias", afirmó.

Castro dijo observar "con atención" la actitud hacia Cuba del presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció que "ha disminuido la agresividad y retórica anticubana en Washington" y celebró que se hayan reanudado las negociaciones sobre inmigración "de forma seria y constructiva". Sin embargo, aclaró que hasta el momento no han entrado en vigor todavía las medidas anunciadas por Obama que levantaban algunas restricciones al envío de remesas y a los viajes de los cubano-estadounidenses a la isla.