Cinco días después de intervenir las casi 50 plantas procesadoras de arroz de Venezuela para ver si cumplen con los porcentajes de producción de arroz blanco, cuyo precio fija el Gobierno, el presidente, Hugo Chávez, ordenó ayer la expropiación de las fábricas de la transnacional estadounidense Cargill y amenazó de nuevo con expropiar a la gran empresa venezolana Alimentos Polar, que recurrió ante el Supremo para librar de la "ocupación temporal por 90 días" su procesadora de arroz del estado de Guárico. "Si se ponen cómicos, los expropiamos. Podríamos expropiar todas las plantas de la Polar y pagar con unos bonos. ¡Esta revolución va en serio!", dijo Chávez.

Tras dos años de nacionalizaciones que han abarcado empresas de petróleo, ener- gía, telecomunicaciones, cemento, finanzas y siderurgia, el presidente venezolano enfocó ahora la producción de alimentos --un sector estratégico que aún permanece en manos privadas-- para garantizar la "soberanía alimentaria del pueblo". En una reunión del Consejo de Ministros, Chávez acusó a la empresa estadounidense de "flagrante violación de las leyes" sobre acceso de la población a alimentos de calidad y baratos. Y ordenó: "Inicien el proceso expropiatorio a Cargill".

El gobernante no aclaró si la medida afectará solo a las procesadoras de arroz o a todas las factorías en las que esa empresa elabora además aceite, harina, pasta, azúcar, café, leche, margarina, levadura y productos para animales. La inspección de la planta de arroz de Cargill en Postuguesa reveló que no produce arroz blanco, sino otras presentaciones del cereal no sujetas a regulación de precios.