Un tribunal chino ha dictado las primeras 30 sentencias por las violentas revueltas del Tíbet en marzo. Las condenas oscilan entre los tres años y la cadena perpetua. Ninguno de los sentenciados está acusado de la muerte de los 18 civiles inocentes, según la agencia de noticias Xinhua.

Los tres condenados a cadena perpetua son un chófer acusado de provocar incendios e interrumpir los servicios públicos, un monje condenado por causar destrozos en dependencias gubernamentales, y un empresario acusado de inducir a los incendios y saqueos. Las sentencias las dictó el Tribunal Intermedio de Lasa tras un juicio abierto al que asistieron más de 200 personas.

La ley china prevé la posibilidad de aplicar la pena de muerte en casos de graves alteraciones del orden público si hay víctimas mortales.