Un mes y tres días después de perder la inmunidad para hechos anteriores a su presidencia, Jacques Chirac declaró ayer durante cuatro horas como testigo asistido de abogado ante el juez de Nanterre Alain Philibeaux, que investiga la financiación ilegal del partido gaullista Reagrupamiento por la República (RPR) mediante el pago de sus trabajadores por el Ayuntamiento de París y por empresas de la construcción.

El juez se desplazó a los locales cedidos por el Estado a Chirac, en la calle de Lille, de París, aunque el testigo asistido --figura intermedia entre testigo e imputado-- no declaró en su despacho, sino en una sala habilitada al efecto. La declaración se inició a las 9.15 horas y terminó a las 13.30. Chirac es el primer expresidente de la Quinta República que declara ante un juez.

EXPLICACIONES DEL LETRADO "Las explicaciones que el expresidente de la República ha dado han sido completas, transparentes, explicando su papel, su conocimiento de los hechos, y deberían satisfacer a los jueces", declaró el abogado de Chirac, Jean Veil, hijo de la exministra Simone Veil. El letrado no cree que su cliente vuelva a ser llamado y no quiso contestar a la posibilidad de que sea procesado por "toma ilegal de intereses" y encubrimiento de ese delito.

En el sumario consta una carta de puño y letra de Chirac con fecha del 16 de marzo de 1993, hallada en los archivos de la alcaldía en 1999, en la que el entonces alcalde (lo fue desde 1977 a 1995 y presidió el RPR desde 1976 a 1994) se dirige al secretario general del ayuntamiento para recomendar la promoción en la alcaldía de una secretaria por su "dedicación ejemplar" en las "funciones delicadas" que ejercía en el RPR. Al descubrirse la carta, Chirac ya era presidente y gozaba de inmunidad, por lo que su caso fue separado del resto de los implicados. El 12 de diciembre del 2002 se abrió el sumario por el que ahora declara.

JUSTIFICACION En un artículo que ayer publicó en el diario Le Monde , Chirac justifica las prácticas irregulares de financiación de los partidos políticos por la inexistencia de una regulación legal, y afirma que, en su calidad de presidente del RPR, deseó, desde 1984, "garantizar la transparencia de la financiación del movimiento".

"Los responsables políticos de la época actuaron con probidad y con preocupación por el interés general. Un esfuerzo para situarse en esa época permite medir hasta qué punto su tarea era pesada. Siete años de tanteos se demostraron necesarios para alcanzar un buen régimen jurídico (de financiación de los partidos) y, al mismo tiempo, ha sido necesario pasar rápidamente de prácticas heredadas de un pasado a veces lejano y convertidas en inaceptables a reglas claras y transparentes, fijadas por la ley", concluye Chirac, quien destaca que solo "muy excepcionalmente" hubo casos de "enriquecimiento personal".

CONOCIDO Y ACEPTADO Para llegar a esta justificación, Chirac repasa en el artículo la historia de la financiación no regulada de los partidos, que achaca a las necesidades de comunicación y publicidad. Cita las aportaciones de particulares, militantes o no, y la financiación por parte de empresas y presupuestos públicos de campañas, las cesiones de personal o la "remuneración" de trabajadores de los partidos. Dice el expresidente que esto era conocido y aceptado, común en las democracias y en todas las formaciones, de derechas o de izquierdas. En Francia, recuerda, han sido necesarias tres leyes, de 1988 a 1995, para regular la financiación de los partidos.