La muerte del concejal del Ayuntamiento de Nueva York James Davis por los disparos de Othniel Askew, un rival político que también murió en el tiroteo, en el interior del Ayuntamiento de Nueva York, ha llevado a cuestionar las medidas de seguridad en el edificio y, en general, en una ciudad que vive en estado de alerta desde los atentados del 11-S.

El concejal Davis, un expolicía convertido en reverendo, y Askew entraron juntos en el ayuntamiento. Ambos llevaban armas, pero ninguno pasó por el detector de metales. Askew disparo contra Davis en la galería del público de la sala del consejo. Un policía intervino e hirió al atacante, que murió poco después.

El alcalde, Michael Bloomberg, reconoció el fallo en la seguridad y aseguró que a partir de ahora todos los miembros del consistorio pasaran por el detector de metales, cosa que hasta ayer no hacían.