La jornada de máxima peregrinación al santuario católico de Lourdes, la festividad de la Asunción, se vio ayer truncada por una amenaza de bomba que acabó sin consecuencias, aunque obligó a evacuar a las alrededor de 30.000 personas que se encontraban en el lugar. La evacuación se produjo poco después del mediodía, después de que un anónimo alertara por teléfono de la colocación de cuatro bombas que debían estallar a las tres de la tarde. Los peregrinos pudieron volver al recinto a las cuatro de la tarde, una vez la policía hubo rastreado las 50.000 hectáreas sin encontrar nada y sin saber el origen de la llamada telefónica.

La llamada se hizo a la comisaría de la localidad pirenaica a las doce y media y, la policía, ante la dificultad de comprobar "si provenía de un desequilibrado o se trataba de una amenaza real", según manifestó el jefe de prensa del recinto, Pierre Adidas, decidió proceder a la evacuación y movilizó a dos equipos de Toulouse y Bayona especializados en la detección de explosivos.

JORNADA DESPERDICIADA Los agentes, acompañados de perros adiestrados, rastrearon los 22 puntos de culto. Desde las basílicas de la Inmaculada Concepción y del Rosario y la Hospitalidad N´tre-Dame de Lourdes hasta la iglesia subterránea de Pío X y la gruta de la aparición de la Virgen, así como las piscinas y los servicios administrativos. "Una bonita jornada de fiesta echada a perder", lamentó la dirección del santuario.

Aun así, las dos misas de la Asunción ya se habían celebrado antes del mediodía y la procesión, programada para las cuatro y media, se pudo acabar llevando a cabo. La festividad de la Asunción de la Virgen María, el 15 de agosto, es el día en que más peregrinos de todo el mundo confluyen en Lourdes, porque es cuando se cumple el aniversario de las supuestas apariciones a la joven Bernadette Soubirous a mediados del siglo XIX. En el 2009, el número de visitantes al santuario fue de 6.300.000 personas, 60.000 de las cuales eran enfermos e inválidos.

REVUELO EN LA ZONA La noticia provocó un revuelo considerable en esta población del departamento de los Altos Pirineos. Un propietario de bar declaró a una televisión informativa francesa que, de golpe, vio llegar a un número inusitado de personas que estaban siendo evacuadas a su establecimiento.

La operación se realizó con "calma", según apuntaron los responsables del recinto. En octubre de 2002, ya se produjo otra alerta de bomba falsa, pero en aquella ocasión el anónimo centró su objetivo en la iglesia subterránea. En septiembre de 2008, el papa Benedicto XVI presidió la celebración del 150º aniversario de las apariciones a Bernadette, acontecimiento en el que se extremó la seguridad.