La Administración de George Bush advirtió el lunes a Corea del Norte de que "pagará un alto precio" en el ámbito internacional por su intención de reanudar su programa nuclear. Pero, horas antes, el presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, y su sucesor, Roh Moo Hyun, se mostraron contrarios a bloquear con sanciones al régimen de Pyongyang para solucionar el conflicto nuclear planteado por Corea del Norte.

Ante la posibilidad de que Washington se incline por sancionar a Pyongyang, Roh advirtió de que si EEUU lanza una ofensiva localizada y limitada a Corea del Norte, esto puede desencadenar un ataque norcoreano contra Corea del Sur, lo que provocaría un choque frontal entre ambas coreas.

"No podemos hacer una guerra contra Corea del Norte ni volver a la época de la guerra fría y tenemos que solucionar todo el asunto a través del diálogo de forma pacífica", subrayó Kim Dae Jung, que abandonará la presidencia el próximo febrero, informa Efe. El tono conciliador también se impuso en Japón y Rusia.