Estados Unidos consideró ayer enterradas las divergencias con sus aliados europeos en la OTAN sobre Irak y afirmó que se había restablecido la unidad de la Alianza Atlántica en torno al objetivo común de apoyar al pueblo iraquí en su proceso de democratización. No obstante, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, que se reunió con los ministros de Exteriores de la OTAN en Bruselas, instó a "todos" los aliados a cooperar en la misión de entrenamiento de las fuerzas armadas iraquís, "dentro o fuera del país o mediante apoyo financiero".

Esta fórmula diplomática laxa, que deja margen a los gobiernos opuestos a la guerra --como España, Francia y Alemania-- para mantener su posición de no enviar tropas a Irak, permitió sellar la reconciliación. "Nadie se opuso" a esa solución, explicó el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos.

La posición conciliadora de Rice contrastó con la actitud reprobadora mostrada en diciembre por el anterior secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en la reunión de ministros de Exteriores de la OTAN.

Moratinos anunció que España contribuirá con ayuda financiera al esfuerzo de la OTAN de formación de las fuerzas armadas iraquís y recalcó que el Gobierno "no enviará" tropas a Irak. La cuantía se fijará tras analizar la "capacidad presupuestaria" española. Moratinos explicó que España "esta dispuesta a formar policía civil iraquí" en el territorio español.

SIN PLAZO PARA IRAN Rice culminó con éxito su misión de restañar las heridas en la OTAN para preparar la cumbre del día 22. "Las diferencias han quedado atrás". "Estamos unidos", afirmó Rice. Rice expresó su respaldo a los esfuerzos diplomáticos europeos para que Irán abandone su programa nuclear militar. Afirmó que EEUU "no ha fijado un plazo límite" para esos esfuerzos antes de denunciar a Irán ante la ONU.