La ciudad de Mingora se ha convertido en el principal objetivo militar del Ejército de Pakistán, que desde hace tres semanas lleva a cabo una vasta ofensiva contra los talibanes. Soldados e islamistas luchan calle a calle en esta ciudad, principal núcleo urbano y centro comercial del valle de Swat, situada al noreste del país y a tan solo 100 kilómetros de la capital del país, Islamabad.

El Ejército mantiene cercada la ciudad y ayer logró hacerse con el control de varios enclaves importantes del casco urbano. "Se trata de una operación extremadamente difícil y peligrosa, porque hay que luchar casa por casa", dijo el portavoz de los militares paquistanís, el general Athar Abbas. La batalla por Mingora es clave para medir el grado de éxito de la ofensiva en el valle, una zona que los dos últimos años ha estado bajo el dominio de extremistas.

SEMBRADO DE MINAS Según los militares, en Mingora hay alrededor de 400 insurgentes fuertemente armados que han sembrado la ciudad de minas. "Las fuerzas de seguridad están limpiando la zona de minas antipersona", dijo ayer una fuente militar. La organización de derechos humanos Human Right Watch ha denunciado que los talibanes utilizan a los civiles que permanecen atrapados en los barrios como escudos humanos en su lucha. En la ciudad residen más de 350.000 personas, aunque la inmensa mayoría ha logrado huir en los últimos días para buscar refugio lejos de la guerra.

El general Abbás cifró ayer en unos 20.000 los civiles que todavía están en el interior de la ciudad. De todas maneras, es muy difícil poder contrastar las informaciones que proceden del valle porque las autoridades han prohibido la presencia en la zona de medios de comunicación.

Según las fuerzas gubernamentales, cinco rebeldes murieron en los combates que se registraron ayer en Mingora y otros cinco fueron abatidos en el área de Malam Jabba.

La ofensiva en el estratégico valle de Swat, otrora uno de los principales centros turísticos de Pakistán, arrancó el pasado 2 de mayo y en ella participan más de 15.000 soldados, que se enfrentan a unos 5.000 rebeldes. Según las cifras de los militares, desde que empezó la operación han muerto más de 1.000 talibanes y unos 50 soldados.

En una entrevista en el diario británico The Sunday Times , el presidente de Pakistán, Asif Alí Zardari, aseguró ayer que, una vez conquistado y pacificado el valle de Swat, el Ejército concentrará sus esfuerzos militares en la región de Waziristán, centro operativo de insurgentes y situado en la frontera con Afganistán.