Uno de los momentos más emotivos del discurso de despedida de Obama en Chicago -que incluso le hizo sacar a él mismo el pañuelo- se produjo cuando evocó a su esposa, Michelle, a la que describió como su "mejor amiga" que ha sido una primera dama "con gracia". Lágrimas de las que su hija Malia también se contagió. "Michelle LaVaughn, estos últimos 25 años tú no has sido solamente mi esposa y la madre de mis hijas sino también has sido mi mejor amiga", ha dicho un Obama emocionado.

La gran ausente en el acto fue la otra hija de la pareja, Sasha, de 15 años, que, últimamente, no ha aparecido junto a la familia en las comparecencias públicas. La ausencia ha suscitado todo tipo de elucubraciones en las redes sociales y la Casa Blanca se ha apresurado a explicar que la joven se quedó en Washington preparando un exámen.

El presidente, que abandonará la Casa Blanca el 20 de enero, ha continuado elogiando a su esposa: "Has debido llevar a cabo un rol que no has pedido y lo has hecho a tu manera, con gracia y valentía, con estilo y mucho humor. Ella escuchaba, vestida de negro, ovacionada por decenas de miles de personas presentes en elMcCormick Place, en Chicago -"el lugar donde todo comenzó", según Obama-. Es en Chicago donde la pareja se conoció y nacieron sus hijas.

Luego fue el turno de sus hijas, Malia y Sasha, que, según su padre, han llegado a ser "en circunstancias extrañas", jóvenes "inteligentes y magníficas, pero sobre todo, amables, atentas y llenas de pasión". "De todo lo que he hecho en mi vida, el mayor orgullo ha sido ser vuestro padre", ha añadido.