Israel acusó ayer directamente a Jaled Meshal --líder de Hamás en el exilio, radicado en Siria, y que recibe apoyo financiero y político tanto del régimen de Damasco como de Irán-- de ser el responsable del secuestro del soldado Gilad Shalit. Sin ambages, ministros y responsables de seguridad israelís amenazaron de muerte a Meshal y denunciaron la mano siria e iraní en la decisión de capturar al soldado para aliviar la presión internacional que sufren.

Gran parte del aparato militar de Hamás en los territorios ocupados, sobre todo en Gaza, recibe órdenes de Meshal y no de los dirigentes políticos internos, ni siquiera del primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ismail Haniya. Ahmed Jabri, líder del brazo militar, solo responde ante Meshal. A su vez, Meshal es muy receptivo a las instrucciones sirias e iranís, ya que depende financieramente de ambos y Damasco le ofrece protección.

OBJETIVOS Pero no solo Meshal es objetivo israelí: a los líderes de Hamás en los territorios --Haniya y el ministro de Exteriores, Mahmud al Zahar-- les ha llegado el mensaje de que serán asesinados si el secuestrado sufre algún daño. Los captores emitieron ayer un comunicado en el que afirmaron que Shalit "está en un lugar seguro donde los sionistas no podrán encontrarlo". Fuentes militares indicaron que el soldado puede estar en el sur de la franja, y los movimientos de tropas israelís en la frontera de Gaza continuaron a la espera de órdenes. En su primera intervención, EEUU pidió a Israel agotar la vía diplomática.

Y mientras la atención se centra en Gaza, el Ejército investiga si se ha producido un nuevo secuestro, esta vez de un colono, en Cisjordania. Eliyahu Asheri, de 18 años, está desaparecido desde el domingo. Los Comités de Resistencia Populares han anunciado dos veces el secuestro de un colono en Cisjordania, pero aún no hay confirmación.