De héroe nacional ruso a personaje cómico y repugnante. Este fue el camino recorrido por Boris Yeltsin, el primer presidente de Rusia, en los nueve años de su reinado. En agosto de 1991, el entonces elegido presidente de la Federación Rusa se subió a un tanque en el centro de Moscú para sofocar un golpe de estado contra el miope líder soviético Mijail Gorbachov, asediado en su residencia de verano en el Mar Negro.

Entonces, Yeltsin le salvó la vida a Gorbachov, pero solo tres meses más tarde le quitó el puesto, cuando en diciembre de 1991 disolvió la URSS, al firmar un histórico acuerdo con los líderes de Ucrania y Bielorrusia. Fue una venganza contra quien fue su ídolo en los 80.

Nacido en Butka, cerca de Yekaterinburgo, hace 76 años, Yeltsin trabajó en el sector metalúrgico antes de comenzar en 1961 su carrera política como miembro del Partido Comunista de Rusia, la rama rusa del PCUS. Ocho años más tarde comenzó a ejercer cargos administrativos en su región natal. En 1985, Gorbachov designó a Yeltsin para que dirigiera el partido comunista en Moscú, pero en 1988 le echó de la cúpula del PCUS después de que retara a los conservadores comunistas y criticara las reformas del cerebro de la perestroika (reconstrucción) y de la glasnost (transparencia).

Tras alcanzar la presidencia rusa, Boris Yeltsin lanzó en 1992 su ambicioso programa de reformas, que comenzó por liberalizar los precios y privatizar las propiedades del Estado. Pero lo que empezó siendo una prometedora transición democrática del país degeneró en un poder paralizado y consumido por intrigas palaciegas. Además, bendijo unas privatizaciones que permitieron que un limitado grupo de empresarios rusos vinculados con el Kremlin se enriquecieran bastante y de forma desmesurada.

Según escribe su antiguo guardaespaldas Mijail Korzhakov, el primer presidente ruso era alcohólico, depresivo y ciclotímico. El exceso de alcohol empeoró su ya de por sí debilitada salud. El 31 de diciembre de 1999, un Yeltsin ya enfermo designó como su heredero al entonces primer ministro y antiguo espía Vladimir Putin.