Hugo Chávez anunció ayer, con toda la pompa y circunstancia del Día del Trabajador, que Venezuela se retira del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), por considerar que esos organismos son "mecanismos del imperialismo".

Al mismo tiempo, el presidente venezolano amenazó con abandonar la Organización de Estados Americanos (OEA) si finalmente se condena al Gobierno por una denuncia de agresión formulada por periodistas de la televisión privada Radio Caracas Televisión (RCTV).

Chávez eligió otra vez las pantallas de la televisión pública para comunicar que "no nos hace falta estar" en el FMI y el BM, a los que les reclamó "que nos devuelvan los reales (dinero)" porque, dijo, "ahora nos deben" y "no queremos que nos vayan a espalillar robar".

Para Chávez, los organismos multilaterales atraviesan una doble crisis: política y financiera. "Yo leí en la prensa por ahí que el FMI no tiene ni para pagar los sueldos", aseguró.

POR UN BANCO REGIONAL Venezuela, insistió el presidente, prefiere concentrar sus esfuerzos en la construcción regional del Banco del Sur, la gran obsesión de Chávez, que ya logró convencer a Argentina, pero que encuentra algunas resistencias en Brasil.

A mediados de abril, Venezuela canceló la última cuota de su deuda con el FMI y el BM. "Gracias a Dios, ni los venezolanos de hoy ni los niños por nacer tenemos ya un solo centavo de deuda con esos organismos ... dominados por halcones estadounidenses", proclamó entonces triunfalmente el ministro de Finanzas, Rodrigo Cabezas.

Chávez quiso ir más lejos en su discurso y dio a conocer su decisión, junto con el anuncio de aumentos del salario mínimo en un 20%, para dejarlo en 286 dólares. Por otra parte, el presidente prometió la reducción de la jornada laboral a seis horas diarias y 36 semanales para dentro de tres años.