Uno de los rehenes --un jordano cristiano-- sobrevivió a la matanza de Jobar porque mintió a los secuestradores sobre su religión. Muchos otros infieles están haciendo las maletas para huir del reino wahabí; un consejo a sus ciudadanos de EEUU y Australia, que esta vez sí se pliegan a las exigencias de Al Qaeda. En esta ofensiva arábiga, los terroristas parecen estar acercándose a sus objetivos: expulsar a los occidentales, cortar la fuente económica de la monarquía saudí y azotar a las potencias industriales con una nueva crisis del petróleo.

*Periodista.