Los sentimientos de Adolf Hitler hacia los británicos no estuvieron siempre marcados por el odio. Según un documento de los servicios secretos británicos, desclasificado ayer, el Führer quiso mantener una relación de amistad con Gran Bretaña antes de la segunda guerra mundial.

El documento, elaborado en diciembre 1938 con información obtenida por un espía británico, revela cómo Hitler apostó por una "amistad anglo-germana" basada en la idea de que Gran Bretaña reconociera, al menos temporalmente, la supremacía alemana en Europa, mientras que Alemania reconocería la británica en el resto del mundo.

Pero, evidentemente, las intenciones de Hitler no prosperaron. El documento, clasificado "altamente secreto", señala que los sentimientos del líder nazi hacia Gran Bretaña fueron cambiando. En primer lugar, empezaron a revelarse los síntomas de "un amor no correspondido", lo que desembocó en que el Führer considerara a este país como su "enemigo número 1".

Entre las razones que llevaron a Hitler del amor al odio, el infiltrado británico señala su resentimiento por la "popularidad del primer ministro Neville en Alemania", la "inferioridad naval" de los germanos, y "los aires de superioridad de Gran Bretaña".

Según el espía, el Führer además se sentía frustrado por el rechazo británico hacia sus acciones antisemitas, como la denominada "noche de los cristales rotos" de noviembre de 1938.

"FANATICO Y CRUEL" En este informe, un responsable de los servicios secretos británicos hizo de manera visionaria una descripción de Hitler que incluye los calificativos de "fanático, cruel, vanidoso, malicioso e inestable".

El espía redactor del texto consideró que el carácter de Adolf Hitler "rozaba la locura", aunque advertía que también era un personaje con una gran tenacidad que "muchas veces se combinaba con una extraordinaria lucidez".