A. tiene 38 años, vive en Gaza y padece cáncer linfático. Hace unos meses obtuvo un permiso del Tribunal Superior de Justicia de Israel para recibir tratamiento en un hospital de Tel-Aviv. El día de la cita se presentó en el cruce fronterizo de Erez y, tras horas de espera, fue recibido por agentes del espionaje interno israelí, el Shabak. Le exigieron que cooperara con ellos. "Tienes cáncer y pronto se te extenderá al cerebro --le dijeron--. Mientras no nos ayudes, puedes esperar" en Gaza. Diez horas después, le dejaron pasar. No obstante, ya era tarde. Había expirado su cita en el hospital.

Este es uno de los testimonios presentado ayer por la oenegé israelí Médicos por los Derechos Humanos para denunciar la extorsión que sufren muchos palestinos que tratan de salir de Gaza para recibir tratamiento en Israel, Jordania, Jerusalén Este o Cisjordania. Israel, afirma la organización, les presiona para que se conviertan en espías e informadores al servicio del Estado judío. "El Shabak elige a la población más vulnerable y explota sus traumas, su sufrimiento y debilidad para sus necesidades en materia de seguridad", reza el informe, de 83 páginas.

La odisea comienza en el cruce de Erez. Desde allí son trasladados a un sótano para ser interrogados por los agentes del Shabak, quienes deciden si el paciente puede salir. El Ministerio de Defensa israelí se defendió ayer afirmando que "todo el mundo que entra en Israel debe ser interrogado, especialmente si pertenecen a una organización terrorista". El informe apunta que del 10% de solicitudes de traslado fuera de la franja rechazadas en el primer trimestre del 2007, se ha pasado al 44%. Según la OMS, 44 pacientes palestinos murieron en los últimos ocho meses mientras esperaban el permiso.