La espiral de destrucción ha vuelto a llamar a las puertas de Gaza sólo 12 días después de que el fin de la retirada israelí abriera un periodo de esperanza en el conflicto de Oriente Próximo. El Ejército israelí atacó ayer desde el aire dos vehículos en los que viajaban miembros de Hamás y tres edificios supuestamente utilizados por los radicales palestinos para la fabricación de armas. Al menos dos militantes de Hamás murieron en el ataque selectivo y otras nueve personas, algunas de ellas niños, resultaron heridas.

La acción llegaba después de que el ministro de Defensa, Saúl Mofaz, ordenara una respuesta "apabullante" al lanzamiento masivo de cohetes de fabricación artesanal sobre la localidad israelí de Sderot, próxima a la frontera con Gaza, la pasada madrugada. Cinco personas resultaron heridas por la metralla y otras seis recibieron asistencia médica al encontrarse en estado de shock, según fuentes médicas israelís. Hamás se responsabilizó de los ataques, muy semejantes a los que un día antes lanzara la Yihad Islámica como represalia al asesinato de tres de sus activistas, considerados "terroristas" por Israel, cerca de la ciudad cisjordana de Tulkarem.

COCHE CON EXPLOSIVOS Hamás achaca a Israel la explosión del viernes de un coche lleno de armas que causó 17 muertos en el campo de refugiados de Yabalia durante la celebración de una parada militar. El Ejecutivo de Ariel Sharon, respaldado en este caso por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), niega cualquier implicación en los hechos.

En lugar de retornar a posiciones conciliadoras, ambas partes han endurecido sus posiciones anunciando nuevas medidas beligerantes. Medidas que amenazan seriamente la frágil tregua convenida desde el pasado mes de febrero. La prueba es el despliegue de varias unidades de infantería del Ejército israelí, además de carros de combate y cañones de artillería, cerca de la frontera norte de Gaza. El ministro de Defensa, que a primera hora se reunía con la cúpula militar y de la seguridad interna, amenazaba con un ataque terrestre contra la franja si continúan las agresiones con cohetes sobre posiciones israelís. Y ayer cerró, como represalia, las fronteras de Gaza y Cisjordania.

LLAMADA A LA VENGANZA Poco después de la muerte de dos de sus militantes, identificados como Rauad Farhat, de 17 años, y Nafez Hussein, de 29, el brazo armado de Hamás emitió un comunicado prometiendo venganza. En él pide a sus milicianos que ataquen a Israel "en cualquier lugar" de su tierra "ocupada" para "darle una lección".

El mayor perjudicado ante la gravísima escalada de violencia, parece ser la Autoridad Nacional Palestina, pocos días después de que hubiera arrancado un acuerdo establecido con las facciones radicales para que cesen las exhibiciones de armas en Gaza y que debía empezar a entrar en vigor ayer mismo.

El primer ministro, Ahmed Qurei, hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que detenga las actividades del Ejército israelí en Gaza y se replieguen las fuerzas que amenazan con cercar la franja. Un poco antes, el viceprimer ministro, Nabil Saath, había calificado los bombardeos aéreos como "un acto criminal de agresión".