La muerte del joven kamikaze en el cibercafé de Casablanca ha hecho saltar las alarmas en varios países europeos. Ayer, el juez antiterrorista francés Jean-Louis Brugui¨re señaló que "el incidente de Casablanca es el elemento visible de una situación mucho más seria que no afecta solamente a Marruecos".

En una entrevista con la agencia France Presse, el magistrado advirtió de que "un arco islamista radical" se ha formado en los países del Magreb bajo el liderazgo de los extremistas argelinos del Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), que han fusionado al resto de organizaciones terroristas norteafricanas, como el Grupo Islámico de Combatientes Marroquís (GICM). "El nombre Al Qaeda en el Magreb Islámico (elegido por el GSPC para denominar a esa fusión de grupos) se traduce en la voluntad de regionalizar la organización y eso es algo sin precedentes", dijo Brugui¨re.

"Es nuestra principal preocupación y está claro que constituye una amenaza directa para Francia, que es un objetivo prioritario", alertó. "El GSPC quiere unir a los movimientos radicales del Magreb: el GICM, el Grupo Islámico de Combatientes Libios y el Grupo Islámico de Combatientes Tunecinos", dijo. El juez dijo que las fuerzas de seguridad saben que desde el 2004 hay "conexiones operacionales entre esos grupos, con individuos que pasan de un país a otro".