"Yo estaba con el encargo de montar la Universidad Carlos III. Fue un símbolo del fin de la situación surrealista que fue el triunfo de un socialismo totalitario. Demostró que quienes habíamos apostado con convicción por la democracia, tuvimos razón, frente a quienes defendían la utopía comunista de igualdad, pero sin libertad"