Al menos ocho personas, cinco de ellas policías, han resultado muertas en los enfrentamientos registrados en las últimas 24 horas entre las fuerzas de seguridad, leales a Laurent Gbagbo, y los habitantes del barrio de Abobo, en Abiyán, que respalda mayoritariamente a Alassane Ouattara. Una fuente de la Policía confirmó a Efe que cinco agentes habían resultado muertos y que los enfrentamientos más duros se produjeron en la madrugada de hoy. Según dijeron a Efe por teléfono vecinos del barrio que pidieron no ser identificados, se teme que haya un mayor número de víctimas, aunque aún no hay informaciones concretas. Los disturbios comenzaron ayer, cuando un contingente de la Policía Antidisturbios y de la Guardia Republicana, con varios furgones y tanquetas, acudieron al barrio de Abobo en lo que el ministro del Interior, Emille Guiriéoulou, calificó de operación "rutinaria" contra "delincuentes armados". La barriada popular de Abobo ha sido objetivo reiterado de las fuerzas de seguridad marfileñas desde que se inició la disputa postelectoral entre Gbagbo y Ouattara, tras los comicios del pasado 28 de noviembre, y se han producido redadas y ataques de la Policía, militares y milicias armadas de partidarios de Gbagbo. Ayer, cuando la Policía intentó registrar las viviendas de Abobo, supuestamente en busca de armas, se encontraron con una fuerte resistencia y se produjeron intercambios de disparos, incidentes que se han repetido hasta hoy. Una patrulla de los "cascos azules" de la Operación de Naciones Unidas para Costa de Marfil (ONUCI) se acercó a Abobo, pero se retiró tras encontrar en el camino barricadas instaladas por los habitantes del barrio, según la Policía. Hasta el momento, según la ONUCI, los muertos confirmados desde que se inició la violencia postelectoral en Costa de Marfil son al menos 210, la mayoría seguidores de Ouattara. Tanto la ONU como el Gobierno de Ouattara han acusado a Gbagbo de armar milicias y contratar mercenarios que actúan como "escuadrones de la muerte" y se investiga la supuesta existencia de fosas comunes con presuntas víctimas de estos grupos. Este nuevo brote de violencia hace aumentar la tensión en Costa de Marfil, donde la población teme la reanudación de la guerra civil que dividió el país entre 2002 y 2007. Costa de Marfil aún sigue partido entre el sur, controlado por las Fuerzas Armadas y de seguridad, leales a Gbagbo, y el norte, dominado por los antiguos rebeldes de las Fuerzas Nuevas, que no se desarmaron tras la conflagración y respaldan a Ouattara. Abiyán se encuentra en el sur del país. Tras la segunda vuelta de las presidenciales del pasado 28 de noviembre, la Comisión Electoral Independiente (CEI) dio la victoria con una amplia ventaja a Ouattara, resultado que fue certificado por la ONUCI. Gbagbo no admitió ese resultado y recurrió al Consejo Constitucional, formado por sus seguidores, que anuló las votaciones en siete departamentos ampliamente favorables a Ouattara y le otorgó la victoria, lo que no ha sido admitido por la comunidad internacional. Ambos contendientes se invistieron como presidentes y formaron sendos gobiernos, lo que creo una situación de tensión y generó un fuerte temor a la reanudación de la guerra. La ONU, la Unión Europea y Estados Unidos han sometido a sanciones a Gbagbo, al que han exigido que deje la Presidencia que ocupa desde 2000, tras considerar que fue derrotado en las elecciones. Por su parte, la Unión Africana (UA) y la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) han suspendido a Costa de Marfil hasta que se produzca la transferencia efectiva del poder a Ouattara, al que también reconocen como presidente electo. Ambas organizaciones han enviado emisarios del más alto nivel a Abiyán para hablar con ambos contendientes y la CEDEAO ha amenazado con utilizar la fuerza militar para sacar a Gbagbo del poder, si no accede a abandonarlo de manera pacífica. El enviado de las UA para Costa de Marfil, el primer ministro keniano Raila Odinga, tiene prevista una nueva visita a Abiyán esta misma semana para tratar de resolver la crisis de manera pacífica.