Al menos seis palestinos han muerto hoy en un enfrentamiento armado en la ciudad cisjordana de Kalkilia entre hombres de Hamás y fuerzas de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), leales al presidente y líder de Al Fatah, Mahmud Abás, según han informado algunos testigos. Hamas ya ha amenazado con romper el diálogo entre las distintas facciones palestinas. Las víctimas mortales de este nuevo estallido de violencia interpalestina, inédito desde hace meses, son tres miembros de cuerpos de policía de la ANP, dos milicianos del movimiento islamista y el dueño del edificio donde se han refugiado los hombres armados de Hamás. Los enfrentamientos han comenzado poco después de las 00.00 horas, cuando dos milicianos han abierto fuego contra los policías palestinos, han escapado a un edificio y se han negado a rendirse, según la versión de fuentes de la seguridad palestina. Varias horas de disparos

El canal de televisión vía satélite de Hamás, Al Aksa, que emite desde Gaza, ha informado poco después de que las fuerzas del orden de la ANP estaban tratando de arrestar a dos miembros de las Brigadas de Ezedín Al Kasam, el brazo armado del movimiento islamista, y ha pedido a los palestinos que tomasen las calles en protesta. Los policías han pedido ayuda entonces a una unidad conjunta de los servicios de seguridad leales al presidente Abás, que ha comenzado un tiroteo que ha durado varias horas. Las fuerzas de la ANP han entrado en el inmueble a primera hora de la mañana, tras asegurarse de que todos los miembros de Hamás habían muerto en el intercambio de fuego. Reconciliación en peligro

A consecuencia de los incidentes, los más graves en bastantes meses, Hamás ha amenazado con romper el diálogo de reconciliación interpalestino que se lleva a cabo con mediación de El Cairo. "Estamos estudiando suspender nuestra participación en el diálogo de El Cairo en respuesta al asesinato de dos luchadores santos en la ciudad de Kalkilia", ha declarado esta tarde Salah Al Bardarwil, un portavoz del movimiento islamista en Gaza. El primer ministro palestino, Salam Fayad ha declarado, tras visitar el lugar del enfrentamiento, que se siente "triste" pero que "no va a pedir perdón por lo ocurrido" ya que "las fuerzas de seguridad han cumplido con su deber nacional" y "la ANP insiste en imponer la paz y el orden" en Cisjordania.