La ministra de Asuntos Exteriores española, Ana Palacio, pidió ayer en Diwaniya "seguridad y estabilidad" para acometer la reconstrucción de Irak y materializar los proyectos económicos acordados en la conferencia de donantes de Madrid. En su cuarta visita a Irak tras la caída de Sadam Husein, Palacio expresó el apoyo del Gobierno español a una transferencia de poderes a las autoridades iraquís "cuanto antes".

Una vez más, Palacio demostró durante su visita a Diwaniya que es una ministra que no se arruga ante las adversidades. En el hospital materno-infantil de Diwaniya, la titular de Exteriores protagonizó una acalorada discusión con un contratista iraquí, al que exigía que reparara de una vez las goteras del edificio. "Tenemos la responsabilidad común de que no caiga ni una gota dentro. Lo que no puede ser es que esto tenga goteras en época de lluvias", dijo en tono firme.

El apoyo de Palacio al calendario político pactado entre el Consejo de Gobierno iraquí y la autoridad provisional de la coalición (APC) se produce justamente cuando el máximo líder religioso de la comunidad shií de Irak, el ayatolá Alí Sistani, sigue oponiéndose con un no rotundo a las intenciones de la coalición ocupante.

Una asamblea nacional transitoria deberá elegir un Gobierno provisional en junio, tras lo cual se dará por finalizada la ocupación.