Una lluvia fina mojó ayer las caras ya húmedas por las lágrimas de 50.000 personas reunidas en Srebrenica (este de Bosnia) para conmemorar el décimo aniversario de la matanza de 8.000 musulmanes por las tropas serbobosnias. "Srebrenica fue un fallo de la OTAN, de Occidente, de los cascos azules de la ONU. Fue una tragedia que no debería repetirse jamás", dijo ayer Richard Holbrooke, uno de los artífices del acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil de Bosnia (finales de 1995).

El alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior y de Seguridad Común, el español Javier Solana, escribió en el diario Financial Times que, "al igual que los demás involucrados, la Unión Europea debería haber hecho más y antes para proteger a personas indefensas". "Fue un fracaso colosal y colectivo" de la comunidad internacional, escribió.

En su discurso en la ceremonia, Jack Straw, ministro de Exteriores del Reino Unido, que actualmente preside la UE, se refirió a la "vergüenza de la comunidad internacional" por no haber impedido la matanza sistemática de hombres y adolescentes musulmanes por las fuerzas serbias y paramilitares. "Lo siento de todo corazón", añadió.

610 SEPULTURAS Las 50 delegaciones políticas que acudieron al homenaje a las víctimas fueron coreando un mea culpa que algunos familiares recibieron con escepticismo y otros con esperanza, sobre todo al ver entre esas representaciones a Boris Tadic, presidente de Bosnia.

Tadic mostró sus respetos frente a los 610 ataúdes con restos de víctimas que ayer se enterraron en el cementerio de Potocari, cerca de Srebrenica, y donde durante los últimos años han sido sepultadas más de 1.500 cadáveres tras un triste proceso de identificación.

La presencia de Tadic no fue unánimemente bien recibida. "¡El no tenía que estar aquí! Son ellos el régimen de Belgrado quienes ordenaron la masacre", se indignó Emina, una mujer de 50 años entrevistada por la agencia de prensa France Presse.

"Si Belgrado quiere realmente tomar distancias con esta barbarie, deben detener a Radovan Karadzic y Ratko) Mladic", declaró uno de los diplomáticos extranjeros presente en las ceremonias.

AUSENCIA DE DEL PONTE El Tribunal Penal Internacional para la ex-Yugoslavia (TPIY) acusa al exjefe político y militar, respectivamente, de haber organizado la masacre. "Estos hombres deben estar en La Haya y nosotros en la UE haremos todo lo que está en nuestro poder para hacer que ocurra", declaró Solana al respecto.

La fiscal del TPIY, Carla del Ponte, no acudió a la ceremonia "por respeto a las víctimas" y en señal de protesta por la nula colaboración de las autoridades serbias para capturar a los responsables de la tragedia.