La ONU anunció ayer que reforzará la seguridad de sus sedes, después de que en una grabación atribuida al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, se ofrecieran 10 kilogramos de oro a quien acabara con la vida del secretario general, Kofi Annan, y de su enviado en Irak, Lajdar Brahimi. Un portavoz confesó que la organización "se está tomando muy en serio" las amenazas y ha detallado un exhaustivo plan para incrementar sus medidas de seguridad, tanto en las sedes de Nueva York como en la de Ginebra.

En Nueva York, el plan para reforzar la protección de la emblemática torre de cristal construyendo una nueva valla elevada alrededor del edificio, protegido además por una nueva puerta de acceso. También está previsto instalar iluminación adicional y cámaras. El propio Annan llegó a admitir que tomará precauciones, pero que seguirá con su trabajo diario.

En la sede de Ginebra se están restringiendo ya los permisos de acceso al recinto y se está construyendo una puerta de acceso para reforzar el control de vehículos, mientras que se ha desplazado la zona de aparcamiento lejos de los edificios. Más adelante se reforzará la valla de seguridad.

Aunque el portavoz de la ONU recalcó que esos planes de seguridad se diseñaron hace meses, también confesó la preocupación que ha generado la última amenaza directa de Bin Laden contra los más altos cargos de la organización. En agosto del 2003, se produjo un atentado contra la sede de la ONU en Bagdad que mató a 24 personas. El mes pasado, un coche bomba explotó ante una antigua sede de ese organismo en Damasco.

GRABACION AUTENTICA Ayer, la CIA dijo tener una seguridad casi total de que es la voz de Bin Laden la que aparece en la grabación, difundida por una web islamista, en la que se ofrece una recompensa de 10 kilos de oro (equivalentes a unos 103.000 euros), a quien acabe con la vida de Annan y la de Brahimi, así como del procónsul de EEUU, Paul Bremer. También ofrece un kilo de oro por matar a soldados norteamericanos o británicos.