"La Santa Sede no puede aceptar lecciones o instrucciones de ningún otro país sobre el tono y el contenido de sus propios comunicados". Con una inusual dureza, el Vaticano intentó zanjar ayer la agria polémica abierta por Israel después de que el pasado domingo el papa Benedicto XVI no condenara explícitamente el atentado suicida cometido por la Yihad Islámica en la ciudad israelí de Netania, en el que murieron cinco personas. En un comunicado oficial, el Vaticano afirma que las acciones de respuesta de Israel a los atentados "no siempre son compatibles con la legislación internacional".

La polémica empezó después de que Benedicto XVI deplorara "la muerte, destrucción y sufrimiento en países como Egipto, Turquía, Irak y Gran Bretaña". Israel tildó de indignante la "deliberada ausencia de alguna referencia a Netania". Elevada la polémica a la categoría de incidente diplomático, el portavoz papal, Joaquín Navarro Valls, consideró "sorprendente" que se quieran "distorsionar" las intenciones del Papa y aclaró que el atentado de Netania "entra en la condena sin reservas del terrorismo".