La estrategia de Estados Unidos para hacer frente a la sangrienta posguerra iraquí pasa por apoyarse cada vez más en la policía y los soldados iraquís para reforzar la seguridad, al tiempo que retira a sus tropas a un segundo plano.

El secretario de Estado, Colin Powell, confirmó el martes esta estrategia, calificada por The Washington Post de "iraquización" de Irak. EEUU y sus aliados "están acelerando el desarrollo de una fuerza de policía iraquí y de unidades militares, patrullas fronterizas y organizaciones paramilitares iraquís, para que la seguridad allí tenga un rostro iraquí y no estadounidense", declaró Powell a Radio Sawa, una emisora para audiencias árabes que está patrocinada por el Gobierno estadounidense.

Washington ha tenido que echar mano de esa estrategia en vista de que las otras dos únicas alternativas no han funcionado, juzgó el Post . La primera hubiera sido aumentar las 130.000 tropas desplegadas por el Pentágono en Irak, y la segunda lograr que otros países aporten soldados al contingente desplegado.

Con la campaña electoral para la reelección del presidente Bush en noviembre del 2004 ya en puertas, la Casa Blanca no sólo no puede enviar más soldados, sino que se espera que repatríe a miles de los destacados en Irak, para reducir sus fuerzas a unos 90.000 efectivos para el verano.