En un tono cada vez más ominoso, el presidente de Estados Unidos, George Bush, repitió ayer que su paciencia con Irak no es infinita y volvió a enviar un claro mensaje al dictador iraquí de que se le está acabando el tiempo para ahorrarse una guerra. "Es Sadam Husein quien tiene que elegir, quien tiene que hacer lo que el mundo entero le ha pedido que haga", recalcó Bush.

Cuando aún resonaba esta última advertencia, los expertos de la ONU hallaron en Irak 11 ojivas capaces de disparar armas químicas. "Estamos esperando recibir información", se limitó a decir uno de sus portavoces, Scot McClellan.

En la ONU, el embajador de EEUU, John Negroponte, reaccionó con la mayor cautela. "Tendremos que esperar a ver cómo se desarrolla este tema", declaró, aunque el embajador adjunto, Richard Williamson, adelantó que el hallazgo "plantea muchas preguntas acerca de la declaración (armamentista iraquí)". El representante británico en la ONU, Jeremy Greenstock, añadió que deseaba "escuchar el informe de los inspectores antes de hacer ningún juicio".