La crisis de Kenia entró ayer en una nueva fase. El derramamiento de sangre se tomó un respiro y la confrontación en la calle bajó de tono para dar paso a complejas negociaciones que empezaron a dar fruto. Presionado por la comunidad internacional, el presidente keniano, Mwai Kibaki, anunció ayer que estaba dispuesto a crear un Gobierno de unidad nacional, una iniciativa lanzada hace dos días por la UE y apoyada por Estados Unidos y por el obispo surafricano Desmond Tutu, que actúa como mediador. La oferta no fue rechazada por el opositor Raila Odinga, pero puso tres condiciones para sentarse a negociar.

Odinga, líder del Movimiento democrático Naranja (MDN), acusa a Kibaki (Partido de Unidad Nacional, PNU) de haber cometido fraude en los comicios del 27 de diciembre para ser reelegido jefe del Estado.

ENTREVISTA CON FRAZER El palacio presidencial hizo pública la oferta de Kibaki después de que este se reuniera con la enviada de EEUU, Jendayi Frazer, secretaria de Estado adjunta para Asuntos Africanos. Antes, Frazer se había reunido también con Odinga. "El Gobierno está dispuesto a encontrar una solución que ponga fin a la violencia con la constitución de un Ejecutivo que agrupe a todas las formaciones políticas", informó el jefe de prensa del presidente Kibaki, Isaiya Kabira.

Sorprendido por la noticia en plena conferencia de prensa, el líder del MDN respondió de inmediato: "No reconocemos la victoria de Kibaki, que está usurpando un cargo que concluyó el pasado 30 de diciembre", dijo, y a continuación señaló las tres condiciones indispensables que deben ser cumplidas antes de sentarse a negociar.

Kibaki debe renunciar a la presidencia, reconocer la existencia de una grave crisis tribal y política en el país y aceptar la mediación de la comunidad internacional. "Kibaki no puede gobernar este país a través del miedo", dijo Odinga. "Idi Amin el sangriento dictador ugandés lo intentó en Uganda y todos conocemos los resultados".

Aunque ayer se denunció la muerte por disparos de la policía de ocho civiles en la región del Valle del Rift, la noche del viernes, la situación parece haber mejorado. La capital presentaba el mismo aspecto que antes de las elecciones, con un tráfico fluido y los comercios abiertos. En el resto del país todavía se producen incidentes violentos, especialmente entre bandas étnicas partidarias de Kibaki y Odinga, y para John Otteno, columnista del Kenya Times , "ese es el verdadero problema. La solución política no resolverá el problema tribal", dijo a EFE.

El presidente de Ghana, John Kufuor, visitará Nairobi esta semana como presidente de la Unión Africana, para mediar.