Tras el sí del referendo irlandés, la ratificación del Tratado de Lisboa queda --a la espera de lo que pase en el Reino Unido-- en manos de dos presidentes euroescépticos del Este, el checo Vaclav Klaus y el polaco Lech Kaczynski, quien prometió en su día que lo ratificaría si Irlanda lo aprobaba. Ayer el jefe de su cancillería, Wladyslaw Stasiak, aseguró que el presidente polaco firmará "pronto, sin dilaciones indebidas". La firma de Kaczynski dejará a la República Checa bloqueando en solitario el Tratado, algo que no parece preocupar lo más mínimo a su estruendosamente euroescéptico presidente.