El primer ministro italiano, Romano Prodi, católico practicante, se vio obligado a regañar con dureza a Fabio Mussi, ministro de Universidad e Investigación, por haber declarado que el nuevo Gobierno progresista levantará el "veto ético" de Italia en Europa para investigar con las células madre de los embriones sobrantes, que en este país ascienden a 30.000.

Desde Bruselas, Mussi había declarado: "Italia ha cambiado su posición y no quiere cerrar totalmente la experimentación y la investigación". Al mismo tiempo, puntualizó que, en el ámbito italiano, seguiría en vigor la ley actual, que prohíbe que se investigue con células madre.

Según la prensa italiana de ayer, Prodi "se enfadó mucho" por las palabras de Mussi. El interesado respondió que eran "declaraciones realizadas a titulo personal".