Tras los atentados de Bombay, el Gobierno de Pakistán se ve cada vez más presionado para tomar medidas drásticas contra los grupos terroristas que actúan en su territorio. El último aviso ha sido el de EEUU: la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, reclamó ayer acciones "directas y contundentes" por parte de Pakistán contra los terroristas.

Rice, que viajó a Nueva Delhi para mostrar la voluntad de EEUU de colaborar con el Ejecutivo indio, lanzó un claro mensaje: el Gobierno de Islamabad "tiene la responsabilidad" de actuar contra los terroristas que se encuentran en suelo paquistaní. Y debe hacerlo "de forma transparente, plena y urgente", insistió Rice, cuyo Gobierno se alió con Pakistán en la guerra contra el terrorismo en el 2001, tras los atentados del 11-S y cuando aún gobernaba Pervez Musharraf.

Sin querer hacer "especulaciones" sobre la autoría de los ataques de Bombay, Rice subrayó que es "el tipo de terrorismo en el que Al Qaeda participa". La secretaria de Estado de EEUU hizo estas declaraciones en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores indio, Pranab Mukherjee, quien fue categórico sobre la procedencia de los terroristas: "No hay duda de que los ataques los perpetraron individuos que venían de Pakistán y cuyos cabecillas están en Pakistán", aseguró.

PROCEDENTE DEL PUNJAB Según miembros de la investigación, el único detenido tras los atentados, Azam Amir Qasad, procede de la región paquistaní del Punjab. Además, ha admitido su pertenencia al grupo terrorista Lashkar-e-Toiba (Ejército de la Pureza). Mientras la India insiste en el vínculo paquistaní, la tensión entre ambos países no hace sino aumentar. El presidente paquistaní, Asif Ali Zardari, rechazó ayer la posibilidad de extraditar a una veintena de supuestos terroristas. "Si tuviéramos pruebas contra ellos, les juzgaríamos en nuestros tribunales", dijo en una entrevista.