La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, y el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, abandonaron ayer Bagdad sin haber conseguido allanar el camino para que los líderes del país acuerden la formación de un Gobierno de unidad nacional.

En una rueda de prensa conjunta, Rice dijo que el próximo primer ministro iraquí debe ser "un líder fuerte, con una personalidad capaz de unir a los iraquís, de crear estabilidad y de hacer frente a los desafíos del país". Rice afirmó que la falta de acuerdos para formar Gobierno no es la mejora manera de responder a los electores que se volcaron en las urnas para las legislativas de diciembre, a pesar de las "amenazas de los terroristas".

Straw afirmó que Londres y Washington no tienen derecho a designar al nuevo primer ministro iraquí, pero sí a presionar a los dirigentes para que formen cuanto antes Gobierno. El ministro británico recordó que más de 2.000 soldados de EEUU y cerca de un centenar de británicos han muerto en Irak, aunque se olvidó de mencionar a los alrededor de 36.000 civiles que han fallecido desde la invasión.

El actual primer ministro en funciones, el shií Ibrahim Yafari, mantiene su candidatura para renovar su cargo, a pesar de las fuertes presiones para que renuncie. La obstinación de Yafari irrita a sunís y kurdos y amenaza con crear una escisión en el seno de la familia shií, actualmente en el poder.