Las dos personas que secuestraron hoy un avión turco se rindieron a las fuerzas de seguridad en el aeropuerto de Antalya (Turquía) sin causar víctimas ni daños materiales, según informó la cadena de televisión NTV. Un equipo de fuerzas de seguridad antiterroristas acudió a Antalya, donde rodearon la aeronave secuestrada. El secuestro, que duró algo más de cinco horas, concluyó sin víctimas ni daños materiales, salvo algunas lesiones menores sufridas por algunos de los pasajeros que se escaparon del avión de la compañía privada turca "Atlas Jet".

La rendición de los secuestradores se produjo casi inmediatamente después de la liberación de los dos últimos pasajeros que quedaban en el aparato, uno de los cuales, Mehmet Adas, había dicho momentos antes, en declaraciones telefónicas desde el avión, que los raptores eran de nacionalidad libanesa y protestaban en nombre de la red terrorista Al-Qaeda por "las presiones y torturas" en su país. "Los secuestradores sólo dicen que quieren ir a Irán. Son libaneses y protestan por las presiones y torturas en Líbano. Dicen que están haciendo esto en nombre de Al Qaeda. Sólo dicen eso", explicó Adas.

Fuentes turcochipriotas habían informado anteriormente de que los secuestradores eran estudiantes de nacionalidad iraní, que residían en Chipre. Dicho pasajero confirmó que los terroristas tenían "una bomba de fabricación casera en sus manos". Según precisó, los secuestradores lo habían mantenido bajo su poder porque sabe árabe y porque las baterías de sus teléfonos estaban agotadas, y usaban el teléfono móvil de Adas para comunicarse con el exterior.

El avión despegó a las 04.15 GMT del aeropuerto de Ercan, en Tympou (República Turca del Norte de Chipre), con 136 pasajeros y 6 miembros de la tripulación, y volaba con destino a Estambul. Uno de los pasajeros afirmó que 45 minutos después de despegar el avión sufrió un problema y parecía descender, y entonces los dos secuestradores corrieron hacia la cabina diciendo que tenían bombas en sus manos.

Sin embargo, no lograron forzar la puerta y entrar en la cabina del aparato, y el avión tomó tierra en Antalia, aparentemente porque los pilotos dijeron que necesitaban repostar combustible para proseguir el vuelo hacia Irán o Siria, como querían los secuestradores. Pero una vez en tierra los dos pilotos pudieron escaparse por las ventanillas de la cabina, según informaron fuentes del Ministerio turco de Transporte, con lo cual imposibilitaron que el avión prosiguiera el vuelo.

La mayoría de los pasajeros pudieron también abandonar el aparato rápidamente, algunos liberados por los secuestradores, mientras que otros se escaparon cuando se abrieron las puertas para dejar entrar aire.