La puerta para que el Partido Socialdemócrata (SPD) y la oposición cristianodemócrata (CDU-CSU) establezcan una gran coalición se abrió ayer de par en par, al fracasar las negociaciones de los conservadores con Los Verdes para formalizar una alianza diferente. Más todavía, la posibilidad de una gran coalición adquirió, en la tarde de ayer, una mayor significación, después de que el canciller alemán, Gerhard Schröder, según fuentes del Ejecutivo, propusiera formalizar cuanto antes esa alianza gubernamental, con un Gobierno por turnos. La primera mitad del periodo gobernaría el SPD y la segunda, la CDU-CSU.

UNA SOLUCION La posibilidad de una alianza como la de Yitzhak Shamir y Shimon Peres en Israel se convirtió de inmediato en la noticia urgente de los informativos de la TV alemana, ya que es vista como una solución adecuada para superar el empate político de los grandes partidos, a la luz de los resultados de las elecciones del domingo.

La izquierda socialdemócrata, encabezada por el vicepresidente del Grupo Parlamentario del SPD, Michael Müller, afirmó que, "en cualquier tipo de coalición, Schröder debe ser el jefe del Gobierno". El diputado desmintió así las declaraciones atribuidas a su persona, en las que se señalaba que estaba a favor de que Schröder renunciara a la cancillería, para facilitar un nuevo Ejecutivo. El mismo diputado, con anterioridad, en declaraciones a la radio pública del sur de Alemania, dijo que "la exigencia para pedir que Schröder continúe a la cabeza del Gobierno no es condición irrenunciable".

"Nuestra exigencia --dijo entrevistado en esa radio-- significa que nos lanzamos al ruedo con un candidato y que para nosotros sería bueno que gane, pero eso es algo que se decide en las negociaciones". Las palabras de Müller dieron aliento a las especulaciones sobre la forma concreta que debería tener la gran coalición, desatadas después que la presidenta de la CDU y aspirante a la cancillería, Angela Merkel, entregara ayer el certificado de defunción a una alianza de su partido con el Partido Lliberal (FDP) y Los Verdes.

NINGUN PUNTO EN COMUN Merkel dijo que en la reunión con los ecopacifistas quedó claro que hay "enormes dificultades para encontrar puntos en común". Sin embargo, la presidenta de la CDU, con previsión, puso el pie para impedir que se cerrara definitivamente la puerta, en caso de que sea necesario volver a conversar con ellos, tras el encuentro del próximo miércoles con los socialdemócratas.

"Nada está terminado, pero no hay nada más que acordar" dijo Merkel, mientras el líder socialcristiano bávaro (CSU), Edmund Stoiber, era categórico al señalar que entre los conservadores y Los Verdes "hay mundos" imposibles de conciliar.

Poco después de las conversaciones entre Los Verdes y los cristianodemócratas, la segunda cadena de televisión pública (ZDF) informó de que la mayoría de alemanes, un 45%, favorecen el establecimiento de una gran coalición. El resto se decanta por las otras diferentes combinaciones.

Mientras, el Partido de la Izquierda, única fuerza descartada como aliado, se presentó ayer como primera fuerza activa de la oposición bajo el liderazgo del exsocialdemócrata Oskar Lafontaine y el poscomunista Gysi.