La víctima elegida era un niño rubito de 5 años que vive en Downing Street: Leo Blair. El golpe publicitario consistía en secuestrar durante unas horas al hijo menor del primer ministro británico, Tony Blair, y dejarlo después en libertad. Tan descabellado plan serviría para llamar la atención sobre los padres divorciados, que no tienen todo el acceso que desean a sus hijos.

Algunos de los miembros más extremistas del grupo Fathers 4 Justice (Padres por la Justicia) estuvieron discutiendo la posibilidad de raptar al pequeño Leo, según reveló ayer el diario The Sun . Scotland Yard confirmó a la BBC estar al tanto del proyecto, que se hallaba en fase preliminar. El complot fue descubierto poco antes de Navidad, cuando agentes de las fuerzas antiterroristas visitaron a algunos integrantes de la asociación, famosa por sus espectaculares protestas. La dirección de Fathers 4 Justice, asociación inspirada en la organización ecologista Greenpeace, se distanció de la trama, que acaparó la atención de los medios de comunicación británicos. Uno de los socios fundadores, Matt O´Connor, condenó la idea del secuestro, que calificó de "plan grotesco". Anoche, la organización anunció su disolución. "Debemos considerar el futuro de la organización si nuestro nombre ha sido asociado con este tipo de acciones", había adelantado O´Connor.

DISIDENTES O´Connor confirmó disidencias internas y problemas con afiliados extremistas, que fueron expulsados en mayo. La policía trató de restar importancia al incidente y manifestó grandes dudas sobre la capacidad del grupo para llevarse a un niño vigilado todo el día.

Sin embargo, la experiencia indica que, desde su aparición en el 2003, los de Fathers 4 Justice han logrado burlar las más estrictas medidas de seguridad. Sus activistas han conseguido escalar la catedral de Saint Paul y la noria del London Eye (el ojo de Londres). En el 2004, uno de sus miembros se encaramó a la fachada del palacio de Buckingham vestido de Batman.

"El primer ministro fue informado de que había un complot", señaló Graham Dudman, director adjunto del diario The Sun .

El estado de alerta en que se encuentra el Reino Unido, tras los atentados terroristas de Londres del pasado mes de julio, hace cada vez más temeraria la actuación de los padres justicieros. El error policial que costó la vida al brasileño Jean-Charles de Menezes, quien fue acribillado en un vagón del metro, puede repetirse, advirtió ayer el exmando de Scotland Yard Roy Ramm. "Con el ambiente que se ha vivido en Londres y cuando estamos en plena investigación de un tiroteo, nos encontramos con gente que tiene la idea de raptar al niño de una familia que está protegida por policías armados. Alguien puede recibir un disparo muy fácilmente", señaló.