La plana mayor de los senadores demócratas vapuleó ayer sin piedad a Condoleezza Rice en el debate para su confirmación como secretaria de Estado de EEUU, por su papel decisivo en el lanzamiento de la guerra de Irak, que, según afirmó Edward Kennedy, el veterano senador liberal por Massachussetts, ha sido "un error catastrófico y un cenagal continuo".

"Hemos perdido más de 1.300 soldados, más de 10.000 están heridos y esperamos que quizá un tercio de los que vuelvan a casa requieran ayuda psicológica para superar los horrores de esta guerra", añadió la senadora por California Barbara Boxer. Además, exigió a Rice que "corrija sus declaraciones" referentes a la guerra. Kennedy resaltó que Rice utilizó "razones falsas" para defender el ataque a Irak.

LAS RESPONSABILIDADES Aunque los demócratas no pueden impedir que el Senado confirme a Rice, dado que los republicanos tienen 55 escaños de los 100 que componen la Cámara alta del Congreso, optaron ayer por convertir el debate en un manifiesto contra la guerra de Irak.

"Los que estaban al mando deben ser responsabilizados de sus errores", clamó el senador por Indiana Evan Bayh, que arremetió contra la guerra. Y se situó de esta manera en el extremo opuesto al presidente de EEUU, George Bush, quien hace 10 días dijo a The Washington Post que su reelección legitima el ataque a Irak y excluyó pedir responsabilidades a nadie de su Gobierno por una guerra donde fue más fácil entrar que salir.

Ayer, el mismo diario cifró en al menos dos años más la presencia en el país árabe de las 120.000 tropas que EEUU tiene allí. Esta cifra podría incluso aumentarse si la seguridad lo requiere, explicó el teniente general James Lovelace, jefe supremo del Ejército de Tierra en Irak.