El primer ministro israelí, Ariel Sharon, ordenó ayer una ofensiva "a gran escala y sin pausa hasta acabar con el terrorismo" como respuesta al sangriento atentado suicida del miércoles en un mercado de la ciudad israelí de Hadera, que se atribuyó la Yihad Islámica. Como primer resultado de esta ofensiva sin cuartel, siete palestinos perdieron la vida en un ataque de la aviación israelí en Gaza.

En el atentado suicida de Hadera murieron 5 personas, todas civiles, y otras 30 resultaron heridas. "La Yihad Islámica ha declarado la guerra a nuestros civiles", dijo un portavoz israelí, hablando en nombre de Ariel Sharon y del ministro de Defensa, Saúl Mofaz. "Por eso tenemos todo el derecho a llevar a cabo las acciones adecuadas para defenderlos", dijo. Ambos líderes dijeron que la ofensiva sólo se detendrá si la Autoridad Nacional Palestina empieza a actuar contra la violencia.

PRIMEROS ARRESTOS Estos planes comenzaron a materializarse en Yenín con el arresto de un dirigente local de la Yihad Islámica y de otros tres sospechosos de pertenecer a la organización. No muy lejos de allí, el Ejército israelí arrestó también al padre del militante de 20 años que se inmoló en Hadera, y a otros nueve presuntos militantes. En Cisjordania se impuso el toque de queda y se cerraron accesos a poblaciones bajo control palestino.