Las espadas siguen en alto en Irak. Los shiís y los kurdos resolvieron a última hora de ayer dar por aprobado el borrador de la nueva Constitución sin el visto bueno de los sunís, que rechazan el carácter federal que concede el texto al Estado iraquí. El borrador cuenta con el apoyo de la Asamblea Nacional (Parlamento), dominada por shiís y kurdos y, si el calendario no se modifica por el retraso de una semana en la presentación del texto, será sometido a un referendo popular el próximo 15 de octubre.

Después de varias semanas de complicadas negociaciones, los integrantes shiís y kurdos de la Comisión Constitucional hicieron valer su poder en el nuevo Irak nacido de las elecciones de enero. Ayer a medianoche acabó el plazo para que la comisión, formada por miembros de las tres facciones, presentara el borrador del Tratado. Y así lo hizo, a pesar de las protestas sunís.

En las largas negociaciones, el modelo de Estado ha sido uno de los principales obstáculos a salvar, así como el papel de la religión y la distribución de las riquezas procedentes del petróleo. La producción de crudo iraquí se centra en la zona kurda, en el norte del país, y en la shií, en el sur. Los kurdos reivindican un Estado federal que les permita ampliar su grado de autonomía actual. Algunos grupos shiís han manifestado también el deseo de administrar sus bienes en las provincias que dominan.

Los sunís, que durante el régimen de Sadam Husein disfrutaron de amplios privilegios, temen ahora quedar marginados. De ahí su rechazo frontal a una división territorial del país. El texto define a Irak como un Estado "republicano, parlamentario, democrático y federal", según informó la agencia Reuters, que tuvo acceso al borrador. El texto, sin embargo, no especifica el grado de federalismo. Es decir, deja margen para seguir negociando. Los shiís se apuntaron otro triunfo al lograr que el islam sea la "principal" fuente de inspiración de las leyes iraquís.

LLAMAMIENTO AL ´NO´ El trabajo de la comisión es sólo el primer paso. El acuerdo entre shiís y kurdos, conseguido gracias a la presión de EEUU, ha desbloqueado de momento la situación. El problema puede surgir después, cuando el texto se someta a referendo. Si en tres de las 18 provincias del país la Constitución es rechazada por dos tercios o más de los electores, no pasará la prueba. La población suní es mayoría en cuatro provincias y sus líderes anunciaron ayer que se movilizarán por el no .