Lo que Bill Clinton no pudo conseguir hace 12 años es ahora el objetivo de Arnold Schwarzenegger. El actor metido a gobernador republicano de California propone a los residentes de su estado el proyecto de universalizar el seguro médico, perseguido infructuosamente por el expresidente demócrata para todos los estadounidenses. "Podemos arreglar el sistema sanitario californiano y crear un modelo que el resto del país pueda seguir", dijo Schwarzenegger hace pocos días, al presentar un plan que ha chocado de entrada con su propio partido.

Lo que molesta a los republicanos es la cobertura que el seguro de Schwarzenegger aportaría a los hijos de inmigrantes sin documentación. "El californiano medio no cree que debamos recompensar el comportamiento ilegal", aseguró Mike Villines, presidente republicano de la Asamblea legislativa californiana. Y la mayoría de los residentes del estado más populoso del país parece darle la razón, pues un 60% se opone a que se cubra a los hijos de sin papeles , según un sondeo del Instituto de Estudio y Política de San José.

El plan propuesto por Schwarzenegger aspira a aportar cobertura sanitaria a los 6,5 millones de californianos que carecen de ella, entre los 36 millones de residentes del estado. Se trata de exigir que todos los californianos tengan seguro médico, incluyendo a los 1,2 millones de ellos que son demasiado pobres para contratarlo con empresas privadas. Este grupo contaría con ayuda estatal, por medio de una generosa subvención de sus pólizas. En él figuran 763.000 niños, muchos de ellos hijos del millón de inmigrantes sin papeles que se estima tiene el estado. "Mi solución es que, si el californiano no puede pagar un seguro, el estado le ayude a hacerlo, pero todos tienen que tener seguro", explicó.

Los costos

Para lograrlo, Schwarzenegger forzaría a las empresas con más de 10 empleados a aportar seguro médico a sus trabajadores o, en su defecto, a abonar un 4% de sus gastos de nómina a un fondo estatal destinado a subvencionar la cobertura sanitaria de quienes no la tienen. A ese mismo fondo irían a parar un 4% de los ingresos de los hospitales y un 2% de los de los médicos quienes, como era de esperar, han reaccionado con hostilidad ante semejante plan, advirtiendo que pasarán sus costos a los enfermos a través de la factura. "Cualquier impuesto a los médicos es, en realidad, un impuesto añadido sobre los enfermos", advirtió Anmol Singh Mahal, presidente de la Asociación Médica Californiana.

El gobernador impediría también a las compañías de seguros que negasen pólizas a los californianos con enfermedades preexistentes, algo que ahora pueden hacer. Impertérrito, Schwarzenegger afirma que su plan terminará ahorrando 10.000 millones de dólares a la sanidad estatal, además de "crear un sistema más accesible, justo y al alcance del bolsillo de todo el mundo". Precisamente lo mismo es lo que han puesto en marcha en otros cuatro estados -Massachussetts, Maine, Vermont y Pensilvania-, para intentar paliar la crisis sanitaria que afronta la superpotencia, donde casi 47 millones de ciudadanos, equivalentes a un 15% de la población total, carecen de seguro médico y tienen que conformarse con acudir, en casos extremos, a los servicios de urgencia hospitalarios.

Sin Seguridad Social

Al no existir un seguro médico universal en EEUU, los ciudadanos dependen de los seguros médicos privados, en muchos casos financiados parcialmente por las empresas. El estado federal solamente carga con dos seguros, el de pobres --Medicaid-- y el de jubilados --Medicare--, con lo que un amplio sector de ciudadanos queda al descubierto, empezando por los que no tienen empleo o quienes ejercen en trabajos que no aportan cobertura médica. Pero incluso los afortunados que tienen seguro médico están asfixiados por el disparo de los gastos sanitarios, que se han duplicado en la última década. Hoy una póliza de seguro vale el doble que hace diez años, además de que los seguros reembolsan menos de la factura médica pasada por los especialistas, y exigen al enfermo que pague una parte mayor por la simple visita al médico.

"Yo creo que es estupendo que el gobernador lidere en este tema de la reforma sanitaria", opina Robert Ross, presidente de California Endowment, fundación privada que aboga por aumentar la financiación de gastos de sanidad. Sin embargo, la última palabra la tendrá la legislatura estatal, donde se debatirán el plan de Schwarzenegger y otros competidores sobre el mismo tema.