El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció ayer que tiene previsto invitar a Washington al líder norcoreano, Kim Jong-un, si todo «va bien» durante la cumbre que ambos celebrarán el próximo 12 de junio en Singapur. «La respuesta es sí, si es que va bien la cumbre», contestó Trump al ser preguntado por una posible visita de Kim a EEUU en una rueda de prensa conjunta con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que se encuentra en Washington ultimando los detalles del encuentro.

El mandatario estadounidense se mostró optimista sobre una cumbre que, en caso de cumplir con las expectativas de la Casa Blanca, conllevará la desnuclearización de Corea del Norte, «un asunto peligroso» que, según Trump, debería haber sido resuelto «hace tiempo, no ya solo por (Barack) Obama, sino por otros presidentes». A pesar de este optimismo, Trump aseguró que por el momento habrá que esperar antes de estudiar la posibilidad de suspender las sanciones que pesan sobre Corea del Norte y advirtió, además, de que tiene preparada una lista de «más de trescientas» posibles represalias económicas por si las negociaciones no llegan a buen puerto.

«Si después de la cumbre me oís decir las palabras ‘máxima presión’, será que la reunión no ha ido bien», indicó Trump.

En este sentido, Abe opinó que Tokio y Washington están «perfectamente coordinados», si bien se mostró mucho más tajante al referirse a bajo qué condiciones se podría hablar de una relación exitosa. «No repetiremos los errores del pasado», declaró Abe, antes de enumerar las exigencias niponas: acabar con el programa nuclear, poner fin a los ensayos con misiles balísticos y liberar a los prisioneros de su país que Corea del Norte retiene desde hace décadas.

Trump, aseguró que la cumbre prevista con el líder norcoreano, Kim Jong-un, será «mucho más que una foto», aunque advirtió de que será el primer paso de «un proceso» que requerirá de otros encuentros. «Va a ser mucho más que una foto. Es un proceso, como ya he dicho muchas veces. Creo que no va a ser un acuerdo de un solo encuentro».

En todo caso, Trump opinó que la reunión entre ambos líderes será «muy fructífera», aunque, subrayó, en última instancia su éxito dependerá de que «la gente quiera que suceda», lo cual será algo que se podrá apreciar «muy rápidamente».

«Mucho odio»

«Tienen que ceder (los norcoreanos) sus cabezas nucleares. Si no se desnuclearizan, no será aceptable», advirtió Trump.

A pesar de los numerosos baches que ha sufrido la organización de la cita entre Trump y Kim, que llegó a ser cancelada hace dos semanas, la Casa Blanca ha manifestado estos últimos días su optimismo respecto a que la cumbre conduzca a que Corea del Norte abandone su programa nuclear. Trump apuntó que «existe mucho odio» pero deseó quelas actuales negociaciones supongan el «comienzo de una buena relación» entre los dos países.