A finales de septiembre de 1963, un ciudadano estadounidense pidió "urgentemente" el visado en el consulado de la Unión Soviética en México. Su nombre, Lee Harvey Oswald, no dijo nada a los tres agentes del servicio de inteligencia que le atendieron. Dos meses después, el 22 de noviembre de 1963, el extravagante visitante salió en las pantallas como presunto asesino del presidente norteamericano John F. Kennedy.

"Es posible que no hubiera asesinado a Kennedy, si hubiéramos facilitado a Oswald el visado que pedía", dice el excoronel del KGB Oleg Nechiporenko, que recibió al estadounidense el 27 de septiembre y asistió a su segunda visita al consulado soviético en México al día siguiente. En su libro sobre el asesinato, publicado recientemente en ruso, Nechiporenko contó con detalle, por primera vez, lo que pudo cambiar el rumbo de la historia.

Oswald justificó la urgencia de viajar a la URSS diciendo que le perseguían los servicios especiales estadounidenses y que su vida estaba en peligro.

El consulado soviético en Washington (EEUU) había rechazado su petición. Entonces Oswald viajó a México para intentarlo de nuevo. Los agentes rusos que le atendieron le ofrecieron rellenar un formulario, pero le avisaron de que la tramitación del visado requería entre tres y cuatro meses.

ENFADO "Oswald recibió mis explicaciones con enojo. Estaba decepcionado y muy agitado. Cuando terminé, casi gritó: ´Es inadmisible. Para mí, todo acabará en tragedia", recuerda Nechiporenko.

El 28 de septiembre, Oswald hizo su segunda visita al consulado soviético. Para demostrar la seriedad de sus sospechas, el norteamericano sacó un revólver. Al final, el visitante se puso histérico pidiendo que le facilitaran el visado "con urgencia", pero su extraña conducta no alteró la respuesta negativa.

Nechiporenko es el último oficial de los servicios secretos soviéticos que tuvo contacto documentado con Oswald. Este dato incluso suscitó en los años 70 una versión más del asesinato, según la cual el espía soviético contactó con Oswald precisamente para darle las "últimas instrucciones" en el marco de un macabro plan para acabar con la vida de Kennedy, ideado por el entonces presidente soviético, Nikita Jruschev.

Sin embargo, Nechiporenko, que actualmente es experto en terrorismo y director general del Foro Antiterrorista y Anticrimen Ruso, afirma que el KGB nunca consideró a Oswald como su posible agente.

"Para muchos, es difícil creer que un francotirador venció a toda una red de agentes de seguridad de un país tan poderoso. Pero, hasta ahora, nadie ha conseguido demostrar lo contrario", añade este experto en terrorismo.