José Luis Rodríguez Zapatero esgrimió ayer el clamor social expresado en las masivas manifestaciones del fin de semana para exigir a José María Aznar que "rompa el compromiso incondicional" que mantiene con EEUU. Las protestas históricas en la calle contra la actitud del Gobierno sirvieron al líder del PSOE para emplazar contundentemente a Aznar a rechazar en la ONU una guerra contra Irak y a pedir más tiempo para los inspectores.

Si Aznar quiere consenso con la oposición en este tema, como reclamó ayer el presidente, no lo tendrá si respalda un ataque unilateral o si, "de una u otra manera, apoya un ultimátum" que abra paso a una acción militar que el PSOE crea que no está suficientemente justificada.

Zapatero contrapuso el aislamiento del Gobierno a las masivas movilizaciones del sábado en toda España. Admitió que tras oír las voces críticas de millones de españoles, Aznar había bajado un peldaño en su escalada belicista, pero "perdiendo credibilidad".

El líder socialista recordó que Aznar se adhirió desde el principio a las tesis de Bush cuando hace meses el presidente estadounidense anunció que iba a atacar a Irak. Zapatero tildó de "paréntesis positivo" la resolución de la UE suscrita el lunes, aunque avisó de que es una declaración de principios que evita cuestiones "trascendentales", y que no puede presentarse como un triunfo de la Moncloa.

Entre las cuestiones que se han obviado en la declaración de los Quince, destacó la posición de Francia y Alemania, contrarios a una guerra, en el Consejo de Seguridad. También subrayó que el texto de la Unión Europea no habla de un plazo breve para los inspectores de la ONU en contra de lo que sostiene el Gobierno español.