el sector del turismo “apunta maneras” para ser un sector que pueda desarrollarse en nuestra región, generar empleo y riqueza, una alternativa más para que la juventud se quede en casa y trabaje a gusto, demuestre su formación y disfrute de ello. Y esta es la razón por la que se debe preservar el Patrimonio Cultural, ya no por las causas históricas que lo han mantenido así, sino porque es y será parte importante del desarrollo económico y social sostenible de esta tierra.

Extremadura es una tierra amable, que ofrece una vida tranquila, donde, a poco que alguien ponga un pie en ella, encontrará yacimientos arqueológicos, fortalezas árabes, iglesias, murallas, así como puentes, catedrales o restos romanos. En una naturaleza desbordante, con una flora y fauna que la hacen única y de la que se puede disfrutar en cualquier época del año. Con costumbres arraigadas, que conserva folclore y tradición en su gastronomía, donde se puede vivir una aventura desde la prehistoria hasta toparse con las tendencias más actuales.

Y es cierto, carecemos de medios de transporte “rápidos” que faciliten la llegada de turistas, debiendo hacer un sobresfuerzo para atraerlos y convencerlos de que vengan por carretera. Hacemos de la debilidad, virtud, poniendo en valor cada recorrido, cada camino, cada sendero por el que deberán pasar, con el fin de que forme parte de la aventura del viaje. En esta tierra trasladamos los principios del movimiento lento, mostrando la posibilidad de vivir una vida plena y desacelerada. En definitiva, un ritmo sosegado frente a un transporte rápido.

En 2018, “reforzar el sentimiento de pertenencia, animar a las personas a descubrir y comprometerse con el Patrimonio Cultural” es el objetivo del Año Europeo del Patrimonio Cultural. Y el nuestro.

Somos un destino cultural por encima de cualquier otra atribución que se le haga a nuestra oferta. Y si además tomamos en cuenta el fondo patrimonial del que disponemos, su valor, su diversidad y su conservación, estamos en una privilegiada situación para hacer presente la oferta a los más de mil millones de personas que harán un viaje de placer durante este año; una gran oportunidad para nuestro sector.

El empresariado, junto con las distintas administraciones y la población, deberá entender esta circunstancia y trabajar en el diseño de nuevos productos y servicios en torno a nuestro Patrimonio Cultural que sobrevivan a este año y que den contenido a tan maravilloso escenario como es Extremadura. Ya lo hemos hecho antes, y funciona. Fijémonos en Cáceres como Ciudad Gastronómica, ya se pueden ver los frutos. Supimos aprovechar una oportunidad que llenó de contenido gastronómico a la ciudad y se ha convertido en una de las tres primeras razones para visitar la ciudad, generando cada día mayor interés. O en Mérida, que destaca por su crecimiento en turistas para quienes la principal razón de su viaje es el gran contenido cultural de la localidad.

No puedo mencionar a todos, Plasencia, Trujillo, Jerte, Zafra, Jerez, Olivenza, Gata; todos nuestros puntos turísticos tienen una gran oportunidad para este año. Suerte compañeros.