Cuando el fallecido expresidente de Suráfrica Nelson Mandela sentenció que la educación era el arma más poderosa que existía para cambiar el mundo, lanzó un aviso sobre la necesidad de formar mejores personas para el futuro.

Cada día hay mayor preocupación en todos los niveles por el cambio climático, la corrupción y la inseguridad. Sin embargo, el origen de los problemas muchas veces radica en el propio ser humano, que ha colocado sus intereses particulares por encima del colectivo.

La transformación de las sociedades solo puede efectuarse a través del proceso educativo, ya que es la única herramienta que permite abonar la capacidad intelectual. La idea es generar conciencia sobre los cambios que se experimentan para revertir los procesos perjudiciales y fomentar los que generan beneficios.

El aprendizaje empieza tras el mismo nacimiento y se extiende durante toda la vida. Es un proceso continuo para conocerse a uno mismo, a los demás y al entorno que rodea a los seres humanos.

Formación de valores

El conocimiento y la formación de valores consiguen que la humanidad avance para entender mejor la vida y a las personas. En el mundo hay un despertar de conciencia sobre estos asuntos, lo que se evidencia en los distintos programas de responsabilidad social que existen en las empresas y en las aulas.

Atrás han quedado los años en los que las empresas solo existían para exprimir la economía, sus recursos y al talento humano. Hoy en día la situación es diferente, pero aún no es suficiente.

El primer paso que se debe dar es enseñar, ya que sin esto no hay posibilidad de aprender. En el caso de la responsabilidad social, hay que emprender acciones prácticas, debido a que no solo se trata de inculcar conocimientos, también hay que fomentar valores para que los individuos sean analíticos y se formulen preguntas.

Algunos van más allá y afirman que las nuevas generaciones deben estar al corriente de los avances que pueden conseguirse haciendo las cosas de otra forma.

Y es que la educación ya es un asunto global. Desde la enseñanza inicial hasta la universitaria, millones de estudiantes desean adquirir nuevos conocimientos cada día y aportar su grano de arena para hacer del mundo un mejor lugar para vivir.

Un porcentaje de la masa estudiantil opta por cursar estudios en el extranjero, especialmente en los Estados Unidos, debido a que es una de las naciones con mayor cantidad de universidades reconocidas a escala internacional.

Para acceder al sistema educativo de este país hay que realizar diversas evaluaciones. Una de ellas es el examen SAT, o Scholastic Aptitude Test, que es una prueba de admisión en la que se evalúa el conocimiento de matemáticas, comprensión de lectura, escritura y vocabulario.

Existen instituciones como la Exam Madrid Academy, que en su portal ingles-madrid.com explica cómo es la preparación del examen SAT, cuáles son sus partes, la puntuación y duración de la prueba.

La academia de preparación al SAT en Madrid ha dispuesto toda la información necesaria para que el aspirante que acceda a la academia de SAT pueda obtener la mejor puntuación posible.

Enseñanza global

En un mundo cada vez más conectado a través de Internet, las posibilidades de adquirir más y mejor conocimiento se multiplican cada día.

La educación a distancia ha tomado un nuevo impulso, miles de individuos desean equilibrar sus labores profesionales con el aprendizaje de otro idioma, una segunda carrera o interesarse por las alternativas que ofrece el mundo digital.

En cuanto a este último punto, cada vez está más solicitada la enseñanza sobre el marketing digital. Se trata de una rama del marketing que sigue ganando terreno en el ciberespacio.

De hecho, hay compañías como NeoAttack, una agencia de marketing online que ofrece asesoría a empresas y particulares sobre estrategias para triunfar en el mundo digital. El objetivo es aprender tácticas de marketing online y alcanzar las metas con los proyectos propuestos.

Gracias a la masificación de Internet y a la reducción de precio de los ordenadores, más personas tienen acceso a la educación. No obstante, aún quedan obstáculos por vencer, como la reducción de la brecha digital y que algunos sectores más desfavorecidos de la población tengan acceso al conocimiento.

Los avances han sido mayúsculos, pero todavía queda mucho por hacer. Los gobiernos nacionales y los organismos multilaterales deben concentrar sus esfuerzos para que las herramientas de las tecnologías de la información lleguen a más lugares.

Solo a través de la educación y de las políticas coherentes, las sociedades podrán mirar el futuro con otros ojos. Al otorgarles los instrumentos necesarios, todos los individuos tendrán la capacidad de desarrollar su propio criterio y aportar soluciones.

La dinámica actual requiere que todos se involucren en la solución de los problemas que aquejan al planeta.