Escritor

La imagen del cainismo no cesa en nuestro país. Esa soberbia de Aznar para todo, tiene mucho que ver con el que se tropieza y encima recrimina a los que están a su lado por no avisarlo. La postura de la oposición en el Congreso no sólo no es desafiante sino incluso muy moderada. Veamos qué tenía que haber hecho una oposición que se encuentra que un petrolero se rompe cargado de fuel frente a las costas gallegas: sencillamente esperar la reacción del gobierno. ¿Y si el gobierno reacciona tarde y mal? Pues al menos dar alguna suerte de alarma y presentarse en Galicia, cuando todos estaban en Madrid aterrados.

A mí particularmente perseguir al gobierno es algo que me disgusta profundamente, pero si el gobierno se queda paralizado, hay que reaccionar. Yo estoy seguro que lo que más le ha dolido al gobierno no es que Zapatero fuera a una manifestación a Galicia, sino el rechazo habido en amplias capas sociales de su intervención, que nada más ocurrir los hechos debieron todos estar allí aunque sólo fuera a dar ánimos o hacer como Joan Gaspart ante los enfurecidos socios del Bar§a: dar la cara y aguantar. Pero esto no entra en los cálculos de nuestro jefe del ejecutivo, cuya postura es cainita y llena de desprecio al verse con el culo al aire.

Es triste decirlo, pero Caín está vivo en España. Que Aznar le diga a una persona tan educada como Rodríguez Zapatero, que él es la verdadera mancha que asola España, no sólo no es de recibo, sino completamente rechazable. Uno comprende que este malhadado barco ha venido a ponerles en una tesitura terrible, pero ahí está Rajoy haciendo de tripas corazón y con algún error, como decir que la oposición no es leal, cuando ellos no lo han sido nunca y además mintiendo a todas horas, que es su maestría.

Claro que, como dice Haro Tecglen, a la derecha española no se le pueden pedir peritas en dulce. Ha sido siempre como ha sido y además quien tuvo retuvo. Imaginen lo que sería en el año 36.

Dentro de los localismos, para el Badajoz todos los árbitros son caínes, y encima el vicepresidente de la Federación Española de Fútbol es extremeño. ¿Qué papel hará este señor en esa desgraciada federación?