En los últimos cinco años, el número de escolares que hacen uso de los comedores de sus centros se ha multiplicado por 9 en Extremadura, según informaba ayer este periódico. En estos momentos, 127 centros ya ofertan el servicio de comedor y la Consejería de Educación tiene previsto crear en esta legislatura, es decir hasta el 2011, 297 más y 320 nuevas aulas matinales, que prestan atención a los niños a partir de las 7.45 horas para que los padres que trabajan fuera de casa puedan dejar a sus hijos antes de incorporarse a sus obligaciones laborales.

Hay más iniciativas encaminadas a atender a los escolares más allá --o más acá, según se mire el horario-- de la jornada lectiva, como las escuelas de verano, que el año pasado pusieron en práctica, con notable éxito, en Villar del Rey y que este año inaugurará el Paideuterion de Cáceres. Son fórmulas de jornada continua para ayudar a conciliar la vida laboral y familiar ante las que el sistema educativo tiene un papel relevante.

Voces habrá que se rasguen las vestiduras porque creen que los centros no están más que para prestar la instrucción que les corresponda, ajenos al mundo que les rodea. Siempre surgen los que advierten que los colegios se están convirtiendo en guarderías o ´aparcaniños´. Pero esas opiniones no pueden distraer la atención de lo esencial: que el modelo de familia ha sufrido una profunda transformación y que las necesidades laborales apelan a que desde Educación se preste colaboración. El programa de nuevos comedores y aulas matinales de la Junta es pertinente y necesario. De hecho, muchas madres --sobre todo, madres-- se quejan ahora de que es corto.