WEw l presidente del PP, José Antonio Monago, convocó ayer a los periodistas para decirles que, cuando él llegue a la Presidencia de la Junta hará con el coche oficial de Vara (un Audi A-6) lo mismo que ha dicho que hará el presidente electo de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, con el que ha usado Pérez Touriño: venderlo porque lo considera un despilfarro.

Habrá quien aplauda estas ideas porque a muchos ciudadanos les gusta oír de sus representantes que serán austeros como Simeón el Estilita cuando lleguen al cargo al que aspiran, pero no por ello dejarán de ser demagógicas, por simplistas, esas propuestas. Y, además, de patas muy cortas: Monago, por el cargo que ocupa en su partido y si es que ha decidido que el modelo de coche debe ser el espejo en que se refleje la austeridad de una administración, podría exigir a los alcaldes del PP, que ya están en disposición de dar ejemplo de austeridad, que vendan los coches oficiales que usan y compren otros más baratos, porque siempre los hay más baratos.

Cierto es que los políticos españoles --los de todos los partidos-- tienen ideas muy distintas de cuál debe ser el coche en que viaje si se trata de uno particular o uno oficial, cuando no debería haber diferencias. Y en este sentido, podría ser una buena idea que hubiera un organismo estatal que surtiera de un modelo de coche a todos los cargos públicos, pero comparecer ante los periodistas para decirles que cuando llegue a la Presidencia de la Junta venderá el coche oficial para comprar otro más barato es perder una buena oportunidad de criticar la gestión del Ejecutivo para asuntos más enjundiosos.