El dato del paro registrado durante el mes de abril en las oficinas de empleo de la comunidad (2.000 personas menos que en marzo) ha dado una tregua a la sociedad, puesto que ha detenido la espiral alcista de los últimos ocho meses. La cifra de los 2.000 parados menos cobra más valor si se ve desde la perspectiva del comportamiento del desempleo en el resto de comunidades, puesto que solo en la gran potencia turística que es Baleares el paro ha bajado más que en Extremadura.

Tras el respiro y el alivio, y tras comprobar que el empleo en la región subió en todos los sectores productivos --y en la construcción y en la agricultura por segundo mes consecutivo--, se impone no echar las campanas al vuelo, puesto que este comportamiento del mercado de trabajo tiene un fuerte componente estacional, relacionado con la Semana Santa y con las obras del plan puesto en marcha por el Gobierno. Estamos lejos, por tanto, de que el tejido productivo empiece a crear empleo de calidad. Hoy se reúne el Gobierno para analizar la efectividad de las medidas impulsadas para paliar el paro. Que estén en la buena dirección no presupone que sean suficientes. Se echan en falta más propuestas, por audaces que sean.